domingo, 29 de noviembre de 2009

El video en el aula


El video en el aula
Guadalupe Hernández Luviano
Introducción
En el ciclo escolar 1996-1997 la Secretaría de Educación Pública dotó a todas las secundarias del país de una videoteca. Unos meses antes también se habían creado los Centros de Maestros1 en las principales poblaciones de la república. Ambas iniciativas ponen al alcance de los centros escolares materiales impresos y audiovisuales que cumplen diversas funciones: como fuentes de información para actualizar los conocimientos de los maestros, archivos de imagen, semilleros de ideas o ejemplos para aplicarlos en clase y generar procesos más creativos y lúdicos que trasciendan las viejas murallas de una educación permanentemente verbal basada en la transmisión a receptores pasivos.
Para lograr un verdadero cambio en la educación es necesario que el uso de medios vaya aparejado a procesos de reflexión y de reconceptualización de la práctica educativa. Y no porque el quehacer del maestro se adapte a los medios, sino porque la introducción de nuevas herramientas o metodologías debe realizarse en congruencia con todos los elementos que intervienen en la práctica docente.
Generalidades sobre el medio
Los antecedentes del video datan de fines de los cincuenta, y se hallan en California, Estados Unidos de Norteamérica; su nombre “corresponde en latín a la primera persona del singular del presente de indicativo del verbo vídere. Etimológicamente significa yo veo”, Una videoconferencia está dirigida a un público específico, como parte de un curso o de un evento de interés particular, mientras que una teleconferencia abarca a un público más amplio; sin embargo, esta consideración es relativa y no determina la diferencia.
Similitudes con el cine y la TV
El video es primo cercano del cine y de la televisión, de los que heredó formatos, géneros y elementos expresivos.
El cine, la TV y el video comparten aspectos técnicos, como producir imágenes mediante la presentación de secuencias de cuadros, a una velocidad mínima de 16 cuadros por segundo. Las imágenes en realidad están fijas, pero gracias a que la retina retiene las imágenes éstas persisten y se van sucediendo una tan cerca de otra que crean la ilusión de movimiento.
La TV y el video trabajan con cintas magnéticas sensibles a la luz, que registran imagen y sonido juntos y pueden ser reutilizadas, es decir, se pueden borrar o encimar imágenes una o más veces. La videocinta que se usa actualmente corre dentro de una caja de plástico cerrada que facilita su manipulación y conservación. Se le llama VCR (Video Casette Recorder).
La nitidez de las imágenes depende de la resolución o cantidad de líneas y puntos por cuadro.

En el ámbito profesional los formatos de 3/4” están pasando poco a poco a la historia; han sido reemplazados por el formato Betacam, también de 1/2”, con el que se obtiene una calidad de imagen superior a la que ofrecen los formatos de uso doméstico mencionados anteriormente. Además, como la cámara es más ligera y maniobrable permite registrar fácilmente informaciones periodísticas, reportajes y documentales.
Diferencias entre la TV y el video
La TV es un medio de comunicación de masas y entre sus rasgos distintivos está la transmisión a distancia de imágenes, que pueden ser captadas por una antena receptora o enviados a través de fibra óptica. Originalmente la TV transmitía en vivo, porque no existía la posibilidad de pregrabar, hasta que apareció el video tape, que además le permitió archivar imágenes y programas. Por lo general, un programa de televisión es grabado por varias cámaras que son coordinadas desde una cabina de control.

En los países industrializados se está desarrollando una modalidad de TV interactiva que permite a los usuarios armar su propia programación, a partir de un menú de programas muy amplio, para todos los gustos y apetencias visuales.
Como se podrá apreciar, el entretenimiento constituye básicamente el terreno de acción de la TV, mientras que el video por su novedad ha surgido como alternativa al cine y a la televisión, y se ha abierto brecha en campos como el arte, la cultura y la educación.

En cuanto a su impacto, el “video es de circulación diseminada, casera, en circuitos cerrados o a través de los videoclubes, cuyo alcance masivo es paulatino”.4 Permite una mayor interacción, ya que puede detenerse, adelantarse, se puede congelar la imagen, pasar cuadro por cuadro o segmentarlo, entre otras funciones. Entre otras ventajas, estas son algunas de las que convierten al video en un eficaz instrumento didáctico.

El avance tecnológico del video ha permitido el desarrollo del video disco y del video interactivo.
El video interactivo permite que el usuario dialogue con los programas; tiene diferentes versiones y posibilidades de interacción. Un ejemplo es el videodisco que se conecta y controla mediante un programa de computadora. Existen programas de capacitación en los que se presenta la forma correcta de manipular aparatos, simulaciones para llenar formatos y videos que orientan al usuario ante determinados problemas, ayudándolo a encontrar la respuesta correcta. Para el aprendizaje de lenguas se utilizan varias pistas para una misma escena y el estudiante tiene que seleccionar la correcta. Los programas pueden ser lineales o ramificados y apoyarse con otras fuentes de información como las bases de datos.

El lenguaje del video
Como medio audiovisual, el video presenta sus mensajes mediante la articulación de imágenes fijas o en movimiento, y sonidos. La gran variedad de material visual que aprovecha el video (fotografía, ilustraciones, animaciones por computadora, dibujos animados, gráficos, esquemas) es complementada por el elemento sonoro: voces, palabras, música, efectos, ambientaciones y silencios.
La articulación creativa de elementos icónicos y sonoros determina la calidad de un material.
Nuestra postura no es la de ponderar un medio sobre otro, pero sí reconocer que cada medio tiene una forma de expresión particular que debemos aprender.
En el video las imágenes deben hablar por sí mismas: la palabra sólo subraya lo que vemos; Como ya se mencionó, el video construye su discurso mediante el uso de los géneros y recursos expresivos que recupera del cine, la TV y la informática.
Existen diversas clasificaciones de géneros, pero la más difundida considera básicamente dos: el de ficción y el documental. El video educativo por sus intenciones y características también es considerado un género, que recurre al documental y a la ficción para desarrollar una temática propia.
El documental corresponde al levamiento de imagen en el lugar mismo de los hechos en condiciones reales

En la actualidad el video educativo tiene la posibilidad de utilizar una gran variedad de recursos como fragmentos de películas, animación por computadora, dibujos animados, esquemas, gráficos o cuadros sinópticos, entre otros, para demostrar, comparar y ejemplificar cualquier situación real o imaginaria.
Los equipos actuales de postproducción de video, algunos apoyados por computadora, permiten insertar gráficos, recuadros, títulos y otros recursos que sirven para llamar la atención en los puntos clave, demostrar gráficamente procesos o funciones, sintetizar ideas y organizar la información.
Posibilidades de uso del video en la escuela
La incorporación de un medio en la educación implica un proceso de apropiación. Este proceso debe estar en consonancia e interactuar de manera natural en la cotidianidad escolar. Para ello, se requiere tomar en cuenta las condiciones materiales necesarias para su uso, el conocimiento que posee el y maestro sobre las características y manejo del medio, así como su pertinencia y congruencia con los propósitos escolares.

Por ello, proponemos el uso didáctico del video como una primera etapa de apropiación en la que el profesor se familiarizará con el discurso audiovisual, aprenderá a analizarlo y evaluarlo y diseñará estrategias didácticas acordes con sus condiciones particulares.
Uso didáctico del video
En la actualidad el uso de los medios audiovisuales en el ámbito educativo está en pleno desarrollo, lo que conlleva una modificación importante en las metodologías de enseñanza, en las dinámicas de grupo y en la práctica docente en general.
Las posibilidades del video son muy variadas y su utilización en el salón de clase permite:
• Observar fenómenos naturales.
• Contextualizar épocas históricas.
• Acercarse al trabajo de los científicos.
• Viajar por el cosmos.
• Conocer descubrimientos científicos recientes.
• Observar experimentos realizados con instrumentos especializados.
• Aclarar conceptos.
• Explorar el mundo natural.
• Reforzar y aplicar conocimientos.
• Conocer lugares remotos.
• Ejemplificar conceptos abstractos.
• Conocer la opinión de expertos.
• Esquematizar o simplificar la realidad para su mejor comprensión.
• Acortar en tiempo y espacio procesos que pueden durar hasta varios siglos, como es el caso de las eras geológicas.
• Estimular la expresión oral y escrita.

Como motivador
El atractivo de las imágenes de un video puede resultar muy eficaz para despertar el interés sobre un contenido. Su finalidad es llamar la atención de los alumnos sobre el tema que se abordará, provocar una respuesta inmediata, estimular la participación o promover actitudes de investigación.
Como introducción de un tema
En este caso se trata de utilizar un video para presentar un panorama general de lo que se estudiará. Para introducir un tema se seleccionará un segmento corto que destaque los conceptos básicos, los hechos sobresalientes.

Como apoyo en una clase
Ésta es la modalidad en la que el video acompaña las explicaciones del maestro y se combina con otros recursos como láminas, fotografías, mapas, cuestionarios, libros de texto u otros medios. El video no sustituye la explicación del maestro ni la del libro de texto, por lo que la exhibición de un programa deberá complementarse con actividades de estudio, ya sea de investigación individual o trabajo en grupo.
Para confrontar ideas
Algunos programas de video apoyan sus planteamientos con entrevistas a expertos, investigadores o informadores autorizados; otros presentan mesas redondas y diferentes fuentes informativas.

Para recapitular
Se trata de la utilización del video para fortalecer el aprendizaje de los alumnos. En este caso se repite el problema completo o sólo algunos segmentos del video con el que se presentó el tema y se desarrollan diversas actividades conforme a las necesidades de los estudiantes y al propósito de aprendizaje.

Como cierre
En este caso el video se presenta como último momento de la estrategia didáctica, hace las veces de síntesis y favorece la obtención de conclusiones
Sugerencias para la utilización del video en clase
Las modalidades de uso del video en el aula dependen en muchos casos de su particularidad, de los propósitos de los programas de estudio, del enfoque de las asignaturas, de los perfiles de profesores y estudiantes, así como de los recursos que la escuela tiene a su alcance. Para una aplicación creativa del video en clase se debe considerar que no existe ni debe existir una técnica o procedimiento únicos, de lo contrario se puede convertir en un recurso monótono y poco eficaz.
¿Cómo seleccionar un segmento?
Para seleccionar un video o un segmento específico es importante definir la intencionalidad didáctica, es decir, tener la certeza de lo que se quiere obtener con su presentación: aclarar conceptos, conocer diversas opiniones sobre un mismo fenómeno, visualizar épocas, lugares, hechos, experimentos, observar distintas metodologías de trabajo y contrastar enfoques.

¿Un mismo video puede usarse en cualquier nivel educativo?
Existen varias posibilidades para adaptar un material a distintas necesidades, el más sencillo es seleccionar sólo aquellos segmentos que corresponden al tipo de información que se les quiere mostrar a los alumnos conforme a su nivel de conocimiento y vocabulario.

¿Un mismo video puede apoyar distintas asignaturas?
Por lo general, los videos presentan información mediante distintas secciones o segmentos en los que se aborda el tema desde diversos puntos de vista. Esto posibilita la selección de ciertos apartados para desarrollar los contenidos de varias asignaturas o su aplicación en diferentes niveles.

¿Cuánto tiempo puede durar la presentación de un video?
El tiempo de presentación de un videograma varía conforme a la edad de los alumnos, la complejidad de la información y el propósito de la observación. Es recomendable que la presentación de un video en clase sólo ocupe parte del tiempo.

¿Cómo hacer un plan de clase con video?
El uso del video en clase debe estar precedido de una planeación que defina en qué momento se presentará, con qué función, qué propósitos del programa cubre, cómo se planteará su importancia ante los alumnos, cuáles son los aspectos centrales, qué actividades se realizarán antes, durante y después.

¿Qué hacer antes de la presentación de un video?
Es indispensable que el maestro conozca los videos antes de su presentación en clase, pues de ello dependerá que se incorporen en el momento oportuno conforme a los propósitos de aprendizaje y a las características del video.
¿Qué hacer durante la presentación de un video?
Como parte de un proceso dinámico y para enseñar a los alumnos a ver de manera diferente, y no como se ve la televisión, conviene aprovechar las funciones de la videograbadora.
Las formas de uso pueden ser muy variadas:
• Mostrar un segmento y detenerlo para analizarlo o profundizar en el tema.
• Reproducir segmentos sin audio para que el maestro sea quien explique.
• Observar secuencias y solicitar a los estudiantes que lo expliquen.
• Oscurecer la imagen y dejar sólo el audio, a fin de que los alumnos reconstruyan lo que está sucediendo.
• Organizar presentaciones por equipo, con el apoyo de algunas imágenes o secuencias de video.
El profesor puede adecuar el ritmo de su exposición al grado de atención de los alumnos o de la comprensión del tema, para lo cual es conveniente detener la imagen o hacer pausa.
Durante la presentación de un video es conveniente prestar atención a la actitud de los alumnos para adecuar el ritmo de la exposición, reconocer si la presentación les resulta interesante o no.

¿Qué hacer después de la presentación de un video?
Ningún medio es suficiente por sí mismo para alcanzar los propósitos de aprendizaje. Por esto, conviene considerar actividades que complementen y resignifiquen la información obtenida.

Las actividades que se pueden realizar después de la presentación de un video cumplen varias funciones, como recapitular, destacar los aspectos centrales, promover la libre expresión de los alumnos, el desarrollo de las capacidades de análisis y de síntesis, la puesta en práctica de lo aprendido o relacionar el contenido con otras asignaturas.
De preferencia, el video favorecerá actividades que promuevan la realización de investigaciones, mesas redondas, debates o actividades manuales, como dibujos, maquetas, mapas o planos, al igual que actividades artísticas como representaciones, teatro guiñol, elaboración de historietas o boletines.

Enseñar a ver con otros ojos
Otra función del video en el aula consiste en enseñar a los alumnos a analizar las imágenes, en este caso se rebasa la función didáctica y se aportan elementos e información para que los alumnos se formen como receptores críticos.

Con este propósito los alumnos, dependiendo del nivel, pueden desarrollar una gran variedad de actividades. Un ejercicio podría ser identificar cuántos elementos están presentes en una imagen, cuál es el más significativo; lo que sí se dice en un video, lo que no y por qué; se puede detener una imagen y preguntar: ¿Dónde estaba la cámara? ¿Qué se quiso enfatizar? ¿Qué hubiera pasado si la toma se hace desde otro lado?


Finalmente reiteramos que no existen formas o modelos únicos de utilización del video, lo que sí existe son los ideales educativos, el maestro los construye en su labor diaria y se los transmite a sus alumnos. Si el video sirve para que los niños se diviertan con el conocimiento, jueguen aprendiendo y amen el saber, entonces habrá cumplido su cometido.



domingo, 22 de noviembre de 2009

Multimedia educativo

Multimedia educativo
Javier Arévalo Zamudio y Guadalupe Hernández Luviano



Introducción
Nuestro cerebro es capaz de percibir y procesar simultáneamente información que proviene de distintas fuentes, establecer relaciones y, materialmente, navegar por archivos mentales que han sido registrados por la vista, el tacto, el olfato, el oído y el gusto. No obstante, nuestras culturas han privilegiado la lengua escrita. Numerosos estudios han señalado que el mayor grado de retención y asimilación se da cuando percibimos mensajes que involucran a varios de nuestros sentidos, de ahí el éxito de los medios audiovisuales en el mundo entero y la incesante búsqueda por emular la realidad con sistemas informáticos.

A pesar de que algunas experiencias educativas han reconocido la importancia de lo visual, como la introducción del cine, la fotografía, las diapositivas o las filminas, no es sino en los últimos tiempos que empieza a valorarse la utilización de otros medios para enriquecer los procesos educativos. Desafortunadamente, la retórica comercial ha desvirtuado el sentido de los medios confiriéndole bondades solamente a los productos multimedia operados por las nuevas tecnologías informáticas. El espejismo tecnológico provoca una tendencia a descartar los viejos aparatos ante la aparición de nuevas invenciones a las que se les atribuyen dones y ventajas siempre superiores a lo anteriormente utilizado.
El concepto multimedia

Con el surgimiento de los nuevos aparatos audiovisuales, se comenzó a manejar el prefijo multi antecediendo a palabras como imagen, visión, medio, proyección, etcétera, para designar el uso simultáneo de varios medios en presentaciones con fines diversos



En realidad, se ha abusado de la palabra multimedia al aplicarse a estrategias en las que se hace alarde de los avances de la informática pero que no van más allá del manejo técnico de los equipos En este sentido, una computadora representa una posibilidad más de salida, entre otras muchas, de un producto multimedia. De esta forma, multimedia hace referencia más a la concepción y al diseño que al equipo para su uso. El concepto multimedia debe comprenderse como una construcción dinámica sujeta a modificarse por los aportes de los nuevos desarrollos tecnológicos y por el enriquecimiento y diversificación de los lenguajes de la imagen, el sonido y la escritura.

En última instancia, no importa la denominación que se elija, lo sustancial es la articulación de los medios basada en algo más que la mera coincidencia o el espejismo tecnológico.
Tipos de multimedia

El prefijo multi procede del latín multus que significa multiplicidad, por tanto, denominar multimedia a un programa informático que maneje varios lenguajes a través de un medio sería incorrecto en sentido estricto.

En el caso del multimedia de múltiples medios, los lenguajes tienen como soporte diversos materiales: cintas de audio, papel de los impresos y cintas de videos. En adelante denominaremos soporte a cada uno de ellos cuando no estén integrados en la computadora.

¿Qué requisitos se necesitan para considerar un material como multimedia
El término multimedia adquiere una expresión más completa en la medida que presente las siguientes condiciones básicas:
a) La utilización de más de dos lenguajes. Todo contenido es susceptible de ser explicado mediante imágenes, sonidos o palabras.
b) Los diversos lenguajes deben contribuir al logro del objetivo general conforme a sus características particulares.
c) Entre los lenguajes debe haber múltiples vasos comunicantes sin que ninguno reste autonomía a los otros.
d) Cada lenguaje deberá ser complementario de los otros y manejará información acorde con sus recursos expresivos.
e) Contemplará la posibilidad de entrada múltiple para adecuarse a los distintos niveles de conocimiento y necesidades del usuario. La autonomía mencionada en el apartado c) permite al usuario de un multimedia acceder a unidades de conocimiento que pueden tener o no secuencia. Al mismo tiempo, el usuario puede decidir la dosificación de los contenidos y las rutas a seguir según sus necesidades particulares.
Espejismos y realidades del multimedia
El tener reunidos varios medios sobre un mismo tema no los hace un material multimedia, es decir, se puede reunir un video sobre contaminación producido por cierta institución, un programa de radio realizado por una emisora educativa y el capítulo de un libro, y no por ello conformarán una unidad. Se requiere de un tejido que articule la información que contiene cada soporte. Esto quiere decir que los contenidos deberán ser desarrollados para lograr su complementariedad de módulo a módulo y de soporte a soporte.

Aparte de las características de cada soporte, el diseño de un material multimedia debe tener presente en todo momento al usuario como un sujeto capaz de discriminar información y de construir su propio conocimiento, además de conferirle un papel activo, lo que nos lleva al tema de la interactividad.
Interactividad
El multimedia implica una forma diferente de relacionarse con la tecnología y con la información. Por ello, la interactividad juega un papel fundamental, no concebida como la simple interacción mecánica entre un usuario y los menús de una computadora (de esta manera, la televisión con el simple hecho de cambiar de canal, resultaría interactiva). La interactividad, en cambio, consiste en la posibilidad del sujeto de acceder, seleccionar, discriminar y jerarquizar información de acuerdo con sus propios intereses y necesidades. Esta nueva forma de relacionarse con la información le permite al usuario seguir sus propios itinerarios de manera selectiva, romper con estructuras rígidas y favorecer procesos constructivos de aprendizaje.

Complementariedad y autosuficiencia
Si atendemos a las características de cada soporte por su lenguaje y particular modo de expresión, encontraremos que son complementarios entre sí. La complementariedad no significa dependencia entre soportes; un multimedia no es un documento seriado a la manera de un curso de inglés, donde el cuerpo de contenidos estaría incompleto si no se aborda la gramática en el texto escrito y la pronunciación en el audio o en el video. En estos casos, un soporte remite al otro y son dependientes entre sí. En un multimedia cada uno de los soportes debe estar estructurado como una pequeña galaxia que forma parte de un gran universo.

Itinerarios pedagógicos
El conjunto de itinerarios pedagógicos constituye el sistema nervioso del material multimedia. Son los organizadores que articulan contenidos y soportes, en ellos se concretan las rutas de acceso al cuerpo de contenidos del multimedia y la manera de transitarlos. Como estructura neurálgica, es una condición indispensable en el diseño de un proyecto multimedia. Los itinerarios pedagógicos se establecen en función de las redes conceptuales que constituyen el tejido teórico del multimedia.

El itinerario pedagógico es la serie de actividades de estudio que se le proponen al usuario del multimedia para alcanzar los objetivos de aprendizaje planteados. Es importante tener presente que los itinerarios reflejan la concepción de aprendizaje que fundamenta el proyecto.
Aplicaciones educativas
En educación básicamente se ha desarrollado el multimedia informático; los programas que se encuentran en el mercado son producidos por compañías estadounidenses, principalmente. Podríamos considerar dos grandes rubros en estos programas multimedia: los didácticos y los enciclopédicos.
En el primer caso se trata de programas que abordan contenidos intencionalmente educativos, se inscriben en algunas de las ramas del conocimiento y pueden ser tan específicos que apoyen un tema particular de algún currículum. Los programas didácticos se dividen a su vez en juegos educativos, de construcción, dirigidos y de simulación. Los programas como El cuerpo humano, una guía multimedia del cuerpo humano y su funcionamiento en CD ROM, o ¿Cómo funcionan las cosas?, que se encuentran en los Centros de Maestros, pertenecen a los dirigidos ya que abordan un tema delimitado y sugieren actividades de aprendizaje y autoevaluación para comprobar los conocimientos aprendidos. El usuario en este caso puede acceder a la información de manera selectiva y profundizar la información según sus necesidades.

El desarrollo del multimedia educativo a través de múltiples medios, es decir, el video, el audio y los medios impresos. Estas tecnologías se encuentran en la actualidad en uso en el universo educativo y forman parte de la vida cotidiana de nuestras sociedades

El multimedia de múltiples medios es susceptible de adaptarse a diferentes infraestructuras, y no requiere de un adiestramiento especial fuera del uso que en la vida cotidiana se le da a estos equipos. Representa por lo tanto un material accesible y económico. La autonomía de cada soporte permite hacer énfasis en un solo medio sin depender de los otros soportes y puede ser explotado en los centros de trabajo, escuelas o en el mismo hogar. Este tipo de multimedia propicia tanto el estudio independiente como el trabajo en equipo, es decir, la socialización del conocimiento, por lo que puede constituir un apoyo al trabajo docente, mientras que el soporte informático se sustenta en un trabajo individual.
¿Cómo adquiere un multimedia un verdadero sentido educativa
Aparte de las características genéricas explicadas en el apartado anterior, el multimedia educativo deberá tener una clara intención formativa. Lo que define en primer término la intención pedagógica es la precisión sobre qué se va a aprender, cómo, con qué recursos, quién lo aprende, cuándo y en qué condiciones. Deberá construirse un planteamiento que articule las características del sujeto que aprende; el contexto, un cuerpo coherente de conocimientos y los medios empleados para cumplir con el objeto de aprendizaje.

Ejemplo de un multimedia con múltiples soportes

Se trata de impresos, videos y audios que persiguen una misma finalidad: formar a los maestros de educación básica en el uso didáctico de los medios de comunicación

¿Y por qué un multimedia de múltiples soportes?
Al elaborar el proyecto se tuvo presente que los destinatarios del curso constituyen un universo heterogéneo por las diferencias de formación y experiencia en la práctica docente, sobre todo en el uso de medios y por la diversidad socioeconómica de las entidades del país. Por esta razón, se determinó desarrollar un multimedia de múltiples soportes que ofreciera al maestro la posibilidad de trabajar con un mínimo de infraestructura técnica: una audiocasetera, una videocasetera y un monitor. Pero ésta no es la única razón. Las posibilidades educativas de un libro, una audiocinta o una videocinta son hasta este momento superiores a lo que nos puede ofrecer una computadora

Un multimedia de múltiples soportes permite tener a la mano mayor cantidad de información, desarrollar las actividades de aprendizaje sin limitaciones en espacio y tiempo y sobre todo enfrentar el trabajo en equipo, condición necesaria cuando se trata de trabajo con medios de comunicación

¿Cómo se organizan los contenidos en distintos medios?
El conocimiento del medio implica abordar los medios de comunicación como objeto de estudio, es decir, reconocer los elementos que intervienen en los procesos comunicacionales, conocer sus características expresivas, apropiarse de sus lenguajes y aplicarlos situacionalmente.

La aplicación didáctica del medio implica su incorporación en los procesos educativos conforme a los propósitos de aprendizaje, a las características del estudiante, al modelo de aprendizaje, a la naturaleza disciplinaria y al contexto institucional
Las implicaciones de la recepción hacen referencia a un eje de formación que reconoce al individuo como consumidor de mensajes de los medios de comunicación en distintas situaciones que condicionan las formas de percibir y asimilar la información

Medios que conforman el curso:
Impresos
Libro. En este documento el maestro encontrará reflexiones, análisis y experiencias de uso de los medios de comunicación en el marco educativo; impresos en el aula, de los medios audiovisuales con fines educativos, nuevas tecnologías en la educación y procesos de recepción.
Cuaderno de actividades. Constituye el puente pedagógico entre las fuentes de información
Guía de estudio. Sirve como instrumento articulador entre los contenidos y soportes que conforman el curso, es decir, indica el uso, aplicaciones y relaciones que guardan los contenidos del video, el audio, la antología y el cuaderno de actividades. La guía establece distintas estrategias de aproximación, que pueden combinarse en algunos casos según el dominio y experiencia de cada maestro
Manual del asesor. Es el documento que apoya la conducción del curso en los Centros de Maestros.
Audios
Se trata de nueve capítulos breves en los que se ejemplifican los elementos del lenguaje sonoro, los principales géneros y formatos radiofónicos, y se realizan algunas reflexiones para un análisis crítico del medio.
Videos
Son tres programas de aproximadamente 20 minutos cada uno donde, mediante una ficción, dos jóvenes profesores incursionan en el uso de los medios y van abordando los distintos elementos de la construcción del mensaje audiovisual, así como sus posibilidades de aplicación en el aula, y analizan críticamente los géneros televisivos más difundidos: las telenovelas, los noticieros y la publicidad.
¿Cómo se orienta el estudio en diferentes medios?
La forma de estudio está sugerida en los itinerarios pedagógicos del curso, estos se estructuran para que el usuario elija la manera de abordar los contenidos y para que desarrolle las actividades de aprendizaje.

El multimedia educativo es un instrumento con un potencial que apenas empieza a explorarse. Su riqueza reside en la posibilidad de interacción con los distintos lenguajes escritos, sonoros y visuales, y en la libertad del individuo para decidir cómo construir su aprendizaje según sus gustos, necesida

viernes, 20 de noviembre de 2009

IMAGEN Y PEDAGOGÍA LOS FUNDAMENTOS DE LA IMAGEN

Imagen y pedagogía
Javier Arévalo Zamudio


Las imágenes, como parte constitutiva de nuestra actividad cerebral, han estado siempre ahí, formando parte de nuestros miedos, de nuestros sueños y nuestros anhelos, y sin embargo pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre su naturaleza y sobre el papel que juegan en nuestras distintas formas de aprender a lo largo de la vida.

El dicho “una imagen vale por mil palabras” forma parte de la mitología que ha crecido al lado del desarrollo del lenguaje de las imágenes y casi nadie se atreve a cuestionarlo. Nada más falaz cuando estamos hablando de educación, por su imprecisión y por la ambigüedad a que da lugar una imagen, por llamarla así, suelta. Lo mismo podría decirse de una palabra que nos evoca mil imágenes diferentes, y para ello no tenemos más que referirnos al lenguaje poético —y qué conveniente sería que pudiéramos acercar estas dos esferas de la actividad humana—. Pero el discurso educativo tiene otras exigencias de precisión y de orientación que nos demandan los objetivos mismos de nuestros programas.

A estas alturas deberíamos preguntarnos por qué el universo de la educación ha sido el que menos forma al individuo a través de la imagen. Parece que los conceptos rígidos sobre la educación arrastran todavía el lastre de aquellos tiempos en que el uso de la imagen se relacionaba con la ignorancia, concepción reforzada por la trayectoria de los medios de comunicación como la fotografía, el cine, las historietas, los carteles, que gozan de una fuerte influencia ajena al mundo de la educación y mucho más relacionada con el espectáculo y el divertimiento

¿Qué vemos en una imagen?
En la imagen identificamos lo que está presente en los límites del marco de la imagen, sea ésta una pantalla de televisión o cine, un cartel o una fotografía, y lo que no está presente pero que forma parte de la historia de la imagen en cuestión. Es ésta una primera consideración pertinente cuando necesitamos seleccionar una imagen para utilizarla con fines educativos; el significado tiene que responder a lo que queremos suscitar en nuestro interlocutor, por eso clasificamos las imágenes en dos grandes grupos: las de un significado único y las de varias posibilidades de significado, es decir, imágenes monosémicas e imágenes polisémicas, respectivamente. Para lograr que la imagen sea efectiva desde el punto de vista educativo necesitamos tener algún tipo de control sobre su significado; la selección no puede ser aleatoria o constituirse simplemente en una mera ilustración de lo que diremos por otros medios, verbalmente o por escrito.

Educar con imágenes o educar para las imágenes

Imágenes sucesivas de una oruga, un capullo y una mariposa contraen el tiempo real para que veamos un proceso que difícilmente podríamos percibir de otra manera. También la imagen hace énfasis en aspectos que de tan cotidianos pasan desapercibidos —como las texturas de los objetos, que nos sorprenden en una buena fotografía—. Este tipo de imágenes contribuye al desarrollo de procesos educativos sobre temas muy específicos, es decir, se puede educar con la imagen.

El otro aspecto importante es el conocimiento que deberíamos tener en relación con la lectura de la imagen, la capacidad de descifrar los códigos visuales que intervienen en ella, como el montaje, las formas, los colores y las relaciones que guardan las representaciones con los sujetos o los objetos representados.

¿Por dónde empezar?

Educar con imágenes es la práctica más común aunque no sea producto de la convicción y la reflexión; tome un libro cualquiera y observe el discurso de las imágenes asociadas al texto y pregúntese si las imágenes son una simple ilustración o, por el contrario, articulan un lenguaje propio que aporta información al significado del contenido en cuestión.

Las imágenes son creaciones humanas, tienen un contexto educativo particular en el cual son actores maestros, autoridades y estructuras administrativas determinadas que facilitan la génesis de cierto tipo de códigos y símbolos, e inhiben el desarrollo de otros. Las imágenes responden a intereses —conscientes o inconscientes— sujetos a la información y formación de los profesores; también influyen las condiciones de producción, el equipamiento y la infraestructura disponibles en los centros escolares (damos por sentado que en la mayoría de los hogares existen radios o televisores); los objetivos para los que el maestro o la institución las produjeron y todo aquello que hace de las imágenes productos socialmente determinados.

Tradicionalmente la educación ha empleado la imagen fija como instrumento de apoyo a la educación, una imagen pobre por cierto. Cualquiera recuerda las estampitas, las monografías y los carteles de los héroes que adornaban —y lo hacen aún— los salones de clase.
Lo importante a saber sobre el medio es cuándo y por qué utilizarlo para no gastar recursos innecesariamente y mucho menos subestimar a nuestros interlocutores.

Lo que necesitamos recordar es que cualquier medio es susceptible de convertirse, en una situación educativa, en un eficaz instrumento de enseñanza o aprendizaje. Eso por una parte; por la otra, no podemos perder de vista que el solo hecho de utilizar un medio, por sofisticado que sea, no garantiza el éxito pedagógico: también con las nuevas tecnologías podemos desarrollar procesos totalmente convencionales que reproduzcan el esquema del maestro que sabe y transmite y el estudiante depositario pasivo del conocimiento.

El tercer aspecto, relativo a lo que se representa y cómo se representa, involucra aspectos relacionados con la forma que adopta una imagen o una secuencia de ellas cuando construimos un significado. Pensemos en las imágenes que conforman el paisaje escolar en aulas, oficinas y pasillos: ¿a quiénes se representa y cómo? Héroes incólumes pasados y presentes, una sociedad paternalista y un discurso visual formal y acartonado.
Si pudiéramos definir una función primordial de la imagen ésta sería la del enriquecimiento de la experiencia educativa.

¿Estudiar la imagen es labor de especialistas o de ociosos?

En nuestro país los estudios formales de la imagen —fuera del ámbito de los pintores o de arqueólogos de códices y murales prehispánicos como Joaquín Galarza y Serge Gruzinski— datan de apenas la segunda mitad del siglo XX y han sido focalizados hacia el análisis crítico y la producción en medios de comunicación.

Las piezas más importantes
Las imágenes no solamente son visuales, las hay también auditivas y son ambas igual de importantes. Otro campo abierto a la investigación en su aplicación educativa es el que comprende las imágenes olfativas, maravillosamente tratado en el campo literario por Patrick Suskind en El perfume y en el histórico-social por Alain Corbin en El aroma o el miasma. El texto de Antonio Noyola incluido en el presente libro (pp. 193-206) documenta con amplitud la importancia de las imágenes sonoras en la labor educativa.

La imagen es por demás emotiva, provoca la emergencia de los deseos más íntimos y de las aversiones más escondidas por su aspecto analógico, es decir, su semejanza con el mundo real. Principalmente las imágenes figurativas establecen la empatía y la identificación y se convierten en reflejo de nuestras emociones, en una especie de ampliación de la conciencia: la imagen de un cadáver destrozado o la voluptuosidad de un cuerpo desnudo; la violencia o la ternura de la infancia; la falsedad o transparencia de una mirada. Por el afecto, y esto lo sabe mejor que nadie un maestro, el individuo es capaz de involucrarse en titánicas empresas y querer literalmente comerse el mundo, asir el conocimiento del universo entero por un segundo al menos.

Otra cualidad de las imágenes es su capacidad para esquematizar, procedimiento que ayuda a retenerlas en la mente y a representar conceptos.
En muchos aspectos la imagen se ha convertido en un elemento mediador entre la realidad y el individuo. El mundo no puede aprehenderse en su totalidad por la experiencia directa. Cada vez estamos más obligados a entender nuestro entorno y a llegar al conocimiento a través de esa mediación de las imágenes.

Para el profesional de la educación el reto consiste en la construcción del discurso educativo en la imagen y con la imagen para conferirle la intencionalidad deseada, ello no puede ocurrir de forma espontánea sino a través del filtro y el afeite de la reflexión.
La imagen sintética, como un cronograma o un cuadro sinóptico, crea una unidad visual a partir de una diversidad de elementos, o para decirlo con palabras del Diccionario del uso del español de María Moliner, “Resultado de reunir cosas que estaban dispersas, en un conjunto orgánico”.

A fin de cuentas, ¿qué es la composición dentro de una imagen? Una reunión de cosas, elementos visuales, que se encontraban dispersas en la realidad y que son reunidas en un conjunto orgánico por el fotógrafo, el camarógrafo, el dibujante o por quien está estructurando una secuencia didáctica con imágenes. La manera como integramos a nuestras estructuras cognoscitivas estas piezas del rompecabezas es sin duda gradual y la mayoría de las veces inconsciente.

¿Cómo armamos las piezas del rompecabezas sin saberlo?

El manejo consciente de las imágenes en educación es fundamental ya que en nuestras sociedades modernas el individuo aprende cada vez más por la intermediación de sistemas simbólicos y no por experiencia directa; aparte, entre más especializado es el conocimiento, más nos vemos obligados a confiar en los sistemas simbólicos, comprendidas las imágenes.

Cuando el niño realiza sus primeros e inciertos trazos y afirma contundente que lo que se encuentra dibujado es una cebra o el tío Alberto, ejercita una escritura incipiente de la representación icónica, inicia un proceso de abstracción y de síntesis, o para decirlo con humor, coquetea con la representación del espacio y con el lenguaje simbólico. Aprende el elaborado lenguaje de las imágenes al tiempo que aprende a hablar; las reglas de la escritura, su gramática y su sintaxis, llegarán más tarde, si es que llegan. No obstante, padres y educadores, instituciones y maestros poca atención confieren a esta otra parte, el lenguaje de las imágenes, que se ha convertido en los últimos tiempos en un elemento fundamental para la comprensión y la adquisición del conocimiento.
Las soluciones que el niño da a problemas cotidianos son eminentemente visuales, abstrae con facilidad y recuerda elementos significantes a partir de los cuales deduce y actúa. Esto ha sido comúnmente aprovechado por las educadoras en preescolar donde los niños despliegan gran parte de su potencial creativo. Ahí se trabaja mucho con imágenes, a partir de ellas se derivan reflexiones, actividades y se construyen relaciones entre los niños. Este trabajo no está divorciado de lo que sucede fuera de la escuela donde el niño está todo el tiempo expuesto a estímulos visuales de los medios de comunicación. Desafortunadamente a partir de la primaria el cambio es drástico y la imagen pasa a un segundo plano en el interés de la institución escolar y del maestro mismo.

Lo que busca una formación que nos capacite para aprovechar e interpretar la imagen fija y las imágenes en movimiento es educar cualitativamente, apreciar las potencialidades de la imagen, discernir entre las imágenes de escasa calidad de aquellas artísticas y creativas, utilizar las imágenes como una herramienta para el logro de propósitos de aprendizaje concretos, saber buscar las intenciones y las condiciones que motivaron su creación.

martes, 10 de noviembre de 2009

LA HISTORIETA COMO INSTRUMENTO EDUCATIVO

La historieta y su historia


En la Grecia antigua, se desarrolló una extensa mitología poblada de dioses y semidioses. En otras épocas hallamos ángeles, demonios, brujas, vampiros... Es interesante preguntarse: ¿Cuál es la mitología de nuestra sociedad actual? ¿De dónde surge y cómo se mantiene viva? ¿Quiénes son los héroes y villanos que bullen en el imaginario colectivo?

Muchos de ellos surgen, precisamente, de la historieta, adquiriendo una personalidad propia e identificable.

En México los tirajes más altos de publicaciones corresponden a las historietas y fotonovelas. El interés por leerlas ha fomentado que gran parte de nuestra sociedad esté motivada para escapar del analfabetismo. Ni siquiera la televisión o el cine pueden enorgullecerse de alcanzar a una tercera parte de la humanidad, como lo hace la historieta.

La televisión y el cine han tomado los personajes de la historieta y les han dado vida como dibujos animados o como personas reales, aumentando así la fuerza imaginativa de la historieta. Se dice que el creador de historietas se convierte en cautivo de su creación, a la cual estará atado de por vida. En cambio, sus personajes adquieren vida propia y algunas tiras cómicas de gran éxito pueden ser continuadas por nuevos artistas. Así, parecen tener una vida eterna, más allá del común de los mortales.

La historieta consiste en una serie de imágenes y dibujos adyacentes, usualmente de arreglo horizontal (aunque eso ha cambiado recientemente), diseñada para ser leída como secuencia narrativa o cronológica. Por lo general se introducen palabras escritas dentro o cerca de las imágenes, aunque existen excelentes historietas sin palabras
La primera aparición de la tira cómica, tal como la conocemos, ocurrió en las páginas de los periódicos de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Fue en 1894 cuando surgió la primera tira cómica continua. Al representar una secuencia de dibujos, el artista creaba la ilusión de una serie de eventos en orden cronológico, agregando así una nueva dimensión: el tiempo. Este avance fue tan significativo que durante los primeros 30 años de las tiras cómicas los creadores exploraron sólo las posibilidades de la comedia, sin darse cuenta del potencial de la historieta para contar narraciones dramáticas. Por esta razón, se quedó en inglés el término cómic, que subsiste hasta nuestros días, aun cuando los propósitos de la historieta son mucho más variados.

Como todas las formas nuevas del arte, al principio la historieta resultó muy burda. Así, inicialmente, las tiras cómicas fueron consideradas simplemente como ganchos para aumentar la circulación de los periódicos

Las primeras historietas estandarizaron el uso de los globos para contener el discurso de los personajes. Durante los años treinta se popularizaron los cómics de aventuras, las historias de detectives, el drama, la ficción espacial, la guerra y los superhombres.

En México, por supuesto, existen grandes exponentes de la creación de historietas. Entre los moneros mexicanos, como ellos mismos se definen, debe citarse al creador de La Familia Burrón: Gabriel Vargas. Esta historieta es muy representativa de las costumbres de nuestro pueblo y muestra claramente un contenido social y un propósito de concientización. Destaca también Rius, quien convirtió el género en vehículo de educación; ahora es imitado en todo el mundo y ha editado ya 85 libros. En la sátira política actualmente sobresale el jalisciense Trino, y son representativas revistas como El Chahuiztle y El Chamuco. Inclusive la pintora Marta Chapa ha incursionado recientemente en este género. Sin embargo, debe ser motivo de reflexión observar que la mayoría de las tiras cómicas o historietas que se encuentran en periódicos y revistas son traducciones de obras extranjeras.


El lenguaje de la historieta

El estilo artístico y el lenguaje utilizados por las historietas son distintos de los que se usan en cualquier otra forma de arte gráfico, ya que las tiras cómicas tienen un elemento adicional: deben contar una historia y por lo tanto deben reflejar el transcurso del tiempo. Cada cuadro de una tira cómica es un instante congelado.

La historieta ha desarrollado su propio código de comunicación con el lector. Al integrar espacio, tiempo, sentimientos y ambiente ha generado un lenguaje diverso y rico a través de las variadas posibilidades que presenta el propio medio impreso, tomando elementos de otros medios de comunicación, especialmente el cine y la televisión.

Con el montaje de las viñetas se estructura la narración. Para armar la trama se cuenta con dos elementos básicos: los signos icónicos y los signos lingüísticos. Los signos icónicos son todo lo que forma la imagen, es decir, el encuadre o forma de presentación de la viñeta, la disposición de la página, el formato y todas las figuras. Los signos lingüísticos están expresados por los diálogos, las reflexiones o pensamientos, las narraciones externas y las onomatopeyas. La tira cómica destaca la eficacia del lenguaje gesticular, es decir, de las expresiones mudas de los personajes —aun en los dibujos más sencillos— para comunicar sentimientos, emociones e ideas. Dentro de los signos icónicos, existen diversos tipos de formato, es decir, diversas formas de presentar las historietas: desde tiras sencillas hasta libros completos, que pueden ser verticales, horizontales, rectangulares o cuadrados. La forma de disponer y presentar las viñetas se llama diagramación. Para estas distribuciones, la historieta ha tomado del cine y la televisión las formas de manejo del tiempo y los encuadres y los ha recreado. Los cambios de color o de los trazos pueden indicar cambios en los momentos de la narración, los que también pueden expresarse variando la presentación del encuadre de la viñeta. Elementos cruciales son los personajes, y la historieta clásica comparte los estereotipos del cine y la televisión; de acuerdo con ellos, el tipo bueno debe ser alto y guapo, las heroínas delgadas y bellas, y los malosos, por lo general, son feos. Pero también existen personajes tiernos (aunque sean feos), cotidianos o totalmente imaginarios y surrealistas. A fin de cuentas, los personajes son lo más importante. Movimiento, perspectiva, iluminación, todo aquello que forme parte de la historieta nos ayudará a concebir al personaje: tanto su apariencia como su interior.


Es indiscutible que la historieta tiene un valor extraordinario para la educación. En primer lugar resulta un medio para la adquisición de conocimientos en procesos educativos no formales para gran parte de nuestra sociedad, y muy en especial para la población infantil.

Como se ha dicho, es uno de los géneros con más difusión en el país. Es notable cómo los niños prefieren siempre profusión de imágenes y colores en vez de la preponderancia del texto. Además, el interés de los niños en leer historietas es absolutamente genuino, e inclusive los que todavía no saben leer disfrutan de la historieta; ésta es una motivación que debe ser capitalizada por el educador. La reflexión y la lectura crítica de una historieta pueden ser herramientas valiosas de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

En segundo lugar, el maestro puede hacer uso de este medio, que se caracteriza por su extensa difusión y bajo costo, como herramienta de apoyo didáctico en sus cursos. En el proceso de educación para los medios, la historieta constituye un elemento excelente para la alfabetización visual, es decir, para aprender a leer y analizar imágenes.

A partir de los estudios de Jean Piaget, se establece que la visión infantil realiza un proceso sincrético. Esto significa que el niño percibe cada imagen como una visión global más o menos indiferenciada y agrupada. En este sentido, le resulta más fácil leer imágenes sencillas que presentan objetos de alto contraste y colorido. De aquí el gran éxito de las historietas y las caricaturas. Si además se trata de niños que no saben leer, encontrarán en la historieta una forma de comunicación mucho más accesible que cualquier otra.

La lectura de historietas exige de una gran imaginación, ya que los elementos son sumamente simples y se deja gran parte a la reconstrucción mental del lector. Este ejercicio es vital y sano para los niños. Las imágenes sin palabras pueden dar lugar a un sinfín de interpretaciones.

Dado que la comprensión de las imágenes es una capacidad natural que no necesita aprenderse sino sólo refinarse a través de la alfabetización visual, la historieta es un lazo con los niños de todas las edades. Aun los más pequeñitos pueden disfrutarla y aprender de ella. Los adolescentes pueden sentirse identificados con los personajes y el lenguaje. De hecho, algunos temas cuyo tratamiento genera cierta angustia pueden ser introducidos utilizando la historieta.
La historieta puede ser aprovechada exitosamente para aprender a leer imágenes y texto,
pero también para formar a los alumnos en el área vital de la comunicación humana. Mediante la modificación o creación de historietas los niños y adolescentes pueden aprender a expresarse y reafirmar al mismo tiempo sus conocimientos.
¿Cómo puede el maestro utilizar la historieta en el aula?

Dependiendo del objetivo que se plantee, la historieta puede motivar desde una lectura crítica y reflexiva hasta verdaderas creaciones originales. En el mercado actual de programas para computadora se venden paquetes para que los niños puedan diseñar e imprimir su propia historieta


Actividades para educación preescolar y primeros lectores (2 a 7/8 años)

Antes de que sepan leer, los niños de preescolar pueden desarrollar con la historieta la atención y la rapidez de observación. El mundo actual es un mundo de imágenes donde el niño se identifica a sí mismo y la historieta favorece su independencia del adulto.

En esta etapa, el llamado periodo preoperatorio, la inteligencia se prepara y se organiza para las operaciones concretas; aparecen el lenguaje y las imágenes mentales.
Todavía no pueden realizarse operaciones reversibles, es decir, las estructuras mentales son tan rígidas que el niño no puede imaginar como deshacer procesos.
Siguiendo el modelo de Piaget, se sugiere a continuación una serie de actividades didácticas con historietas, clasificadas de acuerdo con tres periodos: el periodo preoperatorio, el de operaciones concretas y el de operaciones formales.
Estas tres etapas corresponden aproximadamente a los niveles de preescolar, primaria y secundaria.


Si se trata de personajes y situaciones reales o imaginarios. Otra experiencia atractiva es presentar una historieta incompleta, pidiendo a los alumnos que diseñen el final. Si se toca el tema de la seguridad personal, por ejemplo, puede darse una secuencia de acciones que desencadenen un accidente para motivar la reflexión espontánea de los niños al respecto. También puede recortarse una tira cómica por viñetas y pedir a los niños que ordenen la secuencia en forma lógica y coherente; la clasificación y ordenación son fundamentales en esta etapa. El niño puede también identificarse con algún personaje y expresar sus sentimientos o estados de ánimo a través de los gestos del personaje. El maestro presenta en este caso una serie de gestos en dibujos para que el niño elija y describa sus propias sensaciones, atribuyéndolas al protagonista en cuestión.

El niño entra a la historieta por voluntad propia, dando el paso de lo concreto (la imagen) a lo abstracto (las letras). Aquí, los niños pueden empezar a reconocer palabras asociándolas a imágenes de las historietas; para ello el profesor puede solicitar que coloquen letreros con texto (mamá, papá, gato, etcétera) sobre la imagen correspondiente.

Actividades para educación primaria (De 7/8 a 11/12 años)

Durante este estadio del conocimiento, llamado de las operaciones concretas, las acciones
Interiorizadas del niño alcanzan el nivel de reversibilidad.
Los planteamientos exclusivamente verbales pueden resultarle difíciles de entender. El niño es capaz ahora de establecer clasificaciones, seriaciones y correspondencias. Aquí el maestro debe provocar que surja en el alumno lo que se llama conflicto cognitivo o desequilibrio mediante cuestionamientos cuidadosamente guiados, usando actividades exploratorias, manipulación de materiales, proponiendo preguntas y permitiendo que los niños respondan con sus propias palabras. El maestro debe cuidar que este conflicto cognitivo sea adecuado, es decir, que produzca inquietud en el niño, pero que no sea demasiado difícil o imposible de resolver para él. En esta etapa el niño usa ya representaciones simbólicas para los nuevos datos que aprende y los acomoda en forma de redes de información.

Por ello, en esta etapa el maestro puede pedir a sus alumnos que actúen como críticos de arte: ¿Les parece que la historieta está bien diseñada? ¿Son agradables los personajes? ¿Es interesante lo que sucede? ¿Es graciosa o dramática? ¿Es real o imaginaria? También es posible recortar y reordenar una historieta para modificar su sentido original.

Actividades para educación secundaria (11/12 a 14/15 años)

Durante esta etapa las operaciones mentales amplían su radio de acción, no limitándose ya a la realidad, sino extendiéndose a lo posible y lo hipotético. Esta etapa se llama de operaciones formales. Por otro lado, este explosivo desarrollo mental coincide con los procesos biopsicológicos de la adolescencia. El estudiante comienza a cuestionarse gran cantidad de planteamientos que han sustentado su vida sin mayores problemas hasta ese momento. La historieta puede ser un interesante vínculo de comunicación con el adolescente. No sólo para desarrollar sus procesos intelectuales, sino para explorar y construir su propia personalidad.

El adolescente es idealista y cuestiona ahora los principios abstractos: libertad, felicidad, igualdad, solidaridad... Esto sugiere infinidad de posibles actividades. En las historietas que manejan acciones violentas puede hablarse de derechos humanos.Las que tratan de médicos y hospitales pueden utilizarse para inculcar conceptos de higiene y salud. Los adolescentes pueden identificar estereotipos y conductas, pero no debe perderse de vista
que la historieta transmite siempre al lector una visión particular del mundo que debe ser analizada.

El trabajo en equipos para diseñar o modificar historietas puede ser, además de muy divertido, un recurso excelente para reafirmar los contenidos de las asignaturas, dando al adolescente el reconocimiento colectivo y el sentido de pertenencia que le es vital en esta etapa. Puede recrearse una historieta con cualquier motivo o argumento: desde el descubrimiento de América a los deberes de los ciudadanos mexicanos, desde las leyes de la física hasta propuestas de conservación del ambiente o de ecología.
También puede agregarse voz a las historietas. Las imágenes pueden ser proyectadas o convertidas en transparencias, de manera que los alumnos asocien voces y actúen las de los personajes, junto con los ruidos y las onomatopeyas. Pueden identificarse los códigos de la historieta. Las viñetas pueden recortarse para armar nuevos mensajes o para resumir lo más importante. La historieta puede ser incluso el guión de una obra de teatro.




De nuevo, como en todas las formas de la Innovación creativa, la variedad de usos y posibilidades de este recurso es infinita. No hay límites. Si se cuenta con la infraestructura
Adecuada y se desea combinar la historieta con otros medios, puede incursionarse en el

Campo de la fotonovela o puede video grabarse Lo que no debe olvidarse es que la historieta está permanentemente ligada al humor, a la diversión, al suspenso y al vivo deseo de encontrar un desenlace que cautive. El uso de la historieta en la educación exige ser fiel a estas características, conservando para siempre la mitología del cómic.